La necesidad de hacer más eficaz la administración del agua está poniendo en el centro soluciones tecnológicas que utilizan datos para controlar y monitorear toda la cadena de suministro
De acuerdo con datos relevados por la WWF, dos tercios de la población mundial pueden experimentar escasez de agua para 2025. El aumento de la población y el cambio climático son las razones principales, además de una infraestructura hídrica sobrecargada, la contaminación y una gestión inadecuada del agua.
La gestión inteligente del agua mediante dispositivos IoT parece la solución más viable tanto para el hogar como para una estructura gubernamental o para una empresa agrícola; de hecho, las empresas de todo el mundo invierten cada vez más en la gestión inteligente del agua, impulsando este mercado de$ 14.3 mil millones en 2021 a$ 53.6 mil millones en 2031.
Esta administración inteligente del agua implica un proceso de planificación, asignación y seguimiento de los recursos hídricos y el mantenimiento de equipos relacionados, como tuberías y bombas, a través de hardware, software y gestión de datos.
Se utilizan sensores, controladores, medidores y otros dispositivos conectados a dispositivos móviles, aplicaciones web y herramientas de procesamiento y análisis de datos. Todo esto crea una plataforma para la gestión eficiente del suministro de agua en diversos aspectos.
Los dispositivos y sensores IoT conectados a las tuberías, plantas de tratamiento y bombas recopilan datos en tiempo real sobre la temperatura, el nivel, el flujo, entre otros. Luego, transmiten estos datos a través de Internet a un servidor en la nube para su posterior procesamiento y análisis. Los conocimientos obtenidos contribuyen a una adecuada gestión de todo el sistema.
En el caso de empresas y gobiernos, las soluciones de IoT para la gestión del agua encuentran aplicaciones en numerosas industrias, desde la agricultura, el riego inteligente hasta la administración del agua en la ciudad, control de plantas potabilizadoras, represas y ríos. Estas tecnologías permiten automatizar procedimientos que requieren intervención manual pero también pronosticar problemas y responder a ellos al instante: por ejemplo verificar la calidad del agua e identificar la contaminación antes de que se vuelva peligrosa. Por último rastrean daños en tuberías y otros activos lo que contribuye a prevenir fugas y desperdicio de recursos hídricos.
En el hogar, los beneficios de conectar las tuberías con sensores pueden ahorrar en reparaciones y detectar fugas, además de cuidar el suministro.
De hecho, las fugas son responsables de 10,000 galones de agua perdida cada año por hogar con alrededor del 10% de los hogares que pierden más de 90 galones por día. Para ello, existen sensores que detectan la humedad en el suelo de forma preventiva. Los más avanzados incluso controlan controlan la presión del agua en la fuente y determinan las fugas en función de los cambios en esa presión del agua.
Los grifos inteligentes cuentan con una gama de funciones cada vez más avanzadas como control sin contacto, ajuste de caudal y monitoreo de desembolso. Esto significa que se puede utilizar Alexa por ejemplo para pedirle a su grifo que vierta una cantidad exacta de agua.
Los termostatos inteligentes por su parte se colocan tanto en la plomería como en el sistema eléctrico del hogar para realizar un seguimiento de los valores de la energía en un momento dado y luego planificar la calefacción en consecuencia por ejemplo pueden calentar un tanque de manera preventiva cuando las tarifas eléctricas son bajas.
A medida que el suministro de agua se vuelve más escaso y el cambio climático avanza, la gestión eficaz de este bien escaso es una tarea ineludible para el hogar pero también para la gestión pública y privada. Los datos y los avances en hardware e IoT están ofreciendo una solución revolucionaria para mitigar un problema central para los años venideros.
Por Julio Cesar Blanco – 23 de mayo del 2023