El contexto del inicio del año es el momento ideal para que las PyMEs incorporen una estrategia de Big Data que les permita ganar competitividad y rentabilidad.
Si la aceleración digital que generó la pandemia alcanzó un gran número de pymes españolas, aún falta que muchas de ellas transiten en profundidad una transformación digital centrada en la gestión masiva y coherente de grandes volúmenes de datos. Lo cierto es que la mayoría de ellas apuestan por la digitalización: el 70% de las empresas de este tipo confía en la digitalización y ya se plantea invertir en ella en los próximos tres años.
Lo que hace que una estrategia de Big Data sea útil para este tipo de empresas es que muchas veces proporciona respuestas a preguntas que ni siquiera la propia organización se había planteado con anterioridad. Tras el análisis de la información, las organizaciones pueden poner foco en sus propios problemas de manera proactiva y a la vez, aprovecharlos para generar nuevas oportunidades, operaciones más eficientes, mayores ganancias y fidelización de cliente.
Muchas veces, las 5 Vs de Big Data (Volumen, Velocidad, Variedad, Veracidad y Valor) suelen llevar a las pymes a enfrentarse al desafío de saber si son capaces de extraer datos reales y de alta calidad en grandes grupos de datos masivos, cambiantes y complejos.
Suele suceder que las pymes se topan con muchas fuentes y tipos de datos y la dificultad para integrarlos aumenta. Las fuentes de datos pueden ser desde campañas de marketing digital y redes sociales, a datos de terceros, pasando por datos de fuentes IoT, datos estructurados (CRM/ERP), no estructurados (documentos, videos, audios, etc.) y datos semi-estructurados (hojas de cálculo, informes).
Por otro lado, frente a un gran volumen de datos se hace difícil lograr eficiencia en poco tiempo: recolectar, limpiar, integrar y obtener una alta y veraz calidad de datos rápidamente cuando los datos cambian a velocidad requiere un poder de procesamiento alto para evitar así sacar conclusiones a partir de información errónea.
Frente a este escenario, las pymes deben atender 4 instancias que guían una estrategia de datos:
- Definición de un problema: Traducir el problema de negocios e identificar fuentes de datos. Tener muy claro el problema que se quiere resolver, por lo que toca preguntarse: ¿Cuál es mi objetivo principal? ¿Qué problema de negocios tengo? ¿Qué quiero explicar utilizando datos?
- Preparación de los datos: Seleccionar datos útiles y extraerlos de sus fuentes. Aquí cabe una cuestión central: ¿Cuánto historial de los clientes tengo guardado? ¿Quién es el dueño de los datos? El Big Data concentra datos de numerosas fuentes y aplicaciones distintas. Los mecanismos de integración de datos convencionales no están generalmente a la altura de esta tarea, por eso se requieren nuevas estrategias y tecnologías. Durante el proceso de integración es necesario incorporar datos, procesarlos y asegurarse de que estén formateados y disponibles.
- Almacenamiento de datos: El Big Data requiere un almacenamiento para los datos seguro que además cuente con los requisitos de procesamiento y los motores de procesamiento necesarios. La nube como lugar de almacenaje de datos está aumentando progresivamente su popularidad, porque es compatible con los requisitos tecnológicos del Big Data y es accesible para las pymes.
- Estudio de los datos: Analizar las variables para entender su comportamiento y relación. Una cultura orientada al dato requiere de una toma de decisiones sistemática a partir de un “culto al dato”. La inversión en Big Data para pymes se rentabiliza realmente cuando se analizan y utilizan los datos adecuadamente, explorando nuevas oportunidades y construyendo modelos de datos basados en aprendizaje automático y la inteligencia artificial. Una vez construido el modelo, es posible predecir la realidad a partir de cualquier información disponible.
El comienzo de un nuevo año es el contexto ideal para poner en marcha una estrategia de transformación digital y Big Data en las pymes; es el primer paso para un proceso de profunda disrupción en un contexto complejo y cambiante que exige de parte de estas empresas una cambio radical de mentalidad y de enfoque estratégico.
Julio Cesar Blanco – 10 de enero del 2023