Centradas en su día a día, las pymes industriales suelen percibir como lejano el tránsito hacia el paradigma 4.0, sin embargo es más accesible de lo que suponen
Si bien el nivel de integración tecnológico de las empresas españolas es cercano a la media europea de acuerdo con el Digital Economy and Society Index – DESI – 2020 de la Comisión Europea), los altos niveles de digitalización han alcanzado a muy pocas empresas. Es necesario subrayar que la poca penetración de la digitalización corresponde sobre todo a las pymes y se da especialmente en el ámbito industrial.
Las pymes industriales, por lo tanto, están obligadas a invertir en más tecnología, pero también en cambiar su cultura. Existe una idea de urgencia y necesidad de que las pymes aborden el camino hacia la industria 4.0 y la transformación digital profunda si no quieren perder competitividad y, sobre todo, las oportunidades de nuevos negocios que estos procesos pueden suponer. De hecho, el Plan de Impulso a la Digitalización de Pymes 2021-2025 implica un conjunto de iniciativas públicas que impulsan la adopción de las nuevas tecnologías y la digitalización de las empresas. Este proyecto está en línea con el Plan de recuperación, transformación y resiliencia que prevé que en los próximos tres años, España recibirá 140.000 millones de euros por parte de la Unión Europea mientras que alrededor del 30% de esos fondos estarán destinados a la transformación digital.
Paradigma 4.0: acercar lo lejano
A causa de la concepción que tienen muchas pymes acerca de la digitalización, se tiende a caer en numerosos errores. Uno es pensar que la Industria 4.0 únicamente implica tener página web, redes sociales y almacenar datos en la nube. La Industria 4.0 cambia todos los aspectos tradicionales de la empresa: el proceso de producción, los productos y los modelos de negocio.
En la era 4.0 hablamos que tecnologías como IoT, machine learning, robótica, inteligencia artificial, entre otras, inauguran nuevos paradigmas de flexibilidad, descentralización e interoperabilidad que permitirán nuevas maneras de gestionar las plantas de producción, haciendo más eficientes y optimizados productos y procesos y reduciendo costos.
Sin embargo, muchas pymes industriales continúan teniendo una percepción lejana de esta nueva etapa. En este sentido, los errores que se presentan es que muchas de ellas suponen que la fase 4.0 es propia de empresas más grandes o con más envergadura; otras la ven como una apuesta más basada en la fe que en los retornos de inversión, los cuales no ven claros. En otros casos, la falta de cualificación o de socios adecuados para transitar este camino los paraliza.
Es importante dejar claro que no es sencillo hacer tangible o anticipar el valor que la digitalización y la Industria 4.0 puede aportar. Gradualmente, con la incorporación de distintos usos de la información, es posible empezar a advertir el valor agregado. Ahora, también es cierto que muchas veces ese valor agregado está asociado a múltiples interacciones y procesos complejos o bien deriva de la combinación con otros sistemas y operaciones.
No podemos afirmar que existe un valor único sino una serie de aportes diferenciales e incrementales que derivan por ejemplo de la disponibilidad de información en tiempo real para una toma de decisiones más rápida o de la gestión eficiente de un almacén o de una mejora en las operaciones y los flujos de trabajo en virtud de la robotización y la incorporación de sensores. También la incorporación de este nuevo paradigma lleva progresivamente a mejoras en el mantenimiento y en el aumento de la disponibilidad de máquinas gracias a sistemas predictivos. Por último, estandarización, análisis automatizado de datos y nuevos procesos y operaciones pueden ver la luz gracias a la incorporación de estas nuevas tecnologías.
Pero para desbloquear el verdadero potencial del mundo 4.0 las pymes tienen que tener claro que se necesita una combinación integral de tecnologías dado que el desarrollo individual de alguna de ellas, de forma independiente y aislada no sirve. Tampoco sirve carecer de una estrategia. Por ejemplo, es inútil contar con datos de una cadena de suministro si no pueden ser analizados en un marco más amplio que dé sentido a todo el proceso de gestión de datos.
Las pymes, que muchas veces están centradas en las urgencias del día a día, necesitan una visión holística y un conocimiento transversal. Muchas veces, son los socios tecnológicos y los expertos de datos los que les pueden brindar el apoyo necesario para identificar y priorizar proyectos de implantación de estas tecnologías y de poco, comenzar a transitar el proceso 4.0 de una manera más amigable, entendiendo que está al alcance de sus manos y solo necesita un impulso de gestión y conocimiento.