La próxima etapa de la Cuarta Revolución Industrial tiene dos grandes protagonistas: el paradigma colaborativo y el análisis predictivo impulsado por la inteligencia artificial
La Industria 4.0 contempla ecosistemas de producción inteligentes, diseñados y programados en base a la gestión de grandes volúmenes de información. El objetivo es que permitan detectar, predecir e interactuar mejor con el mundo físico, a fin de tomar decisiones que respalden y optimicen la producción en tiempo real. Con ese norte, el gran desafío para las empresas es cómo capturar, ordenar y gestionar datos más veloz y eficazmente.
Si ponemos la lupa en la producción, todo se reduce a la gestión de cadena de suministro. Poder alcanzar los estándares 4.0 implica poner el foco allí, desde la captura de datos a la integración de sistemas, pasando por el análisis y organización de toda esa información, buscando detectar patrones, creando escenarios simulados y prediciendo escenarios futuros.
En este sentido, el desafío es la colaboración con todos los actores que participan en la cadena: me refiero a flujos de data en tiempo real que pueden gestionarse e integrarse en los flujos de trabajo y sistemas diarios.
Es por esto que el futuro de la Industria 4.0 tiene que ver sin duda con subir la vara de la colaboración. Según Francisco Betti, director de la plataforma “Advanced Manufacturing and Production” del World Economic Forum (WEF) tener una cadena de valor totalmente conectada es vital para los estadios superiores de la Cuarta Revolución Industrial. “No se trata sólo de digitalizar sus propias instalaciones, sino de incorporar a sus proveedores en ese camino. Esto hace posible impulsar la productividad, la eficiencia y el crecimiento, pero también habilitar nuevos modelos de negocios”, puntualiza.
Un futuro marcado por la IA
La industria 4.0 se nutre de tecnologías como la nube, Big Data, robótica e Internet de las Cosas (IoT), todas ellas capaces de trabajar en conjunto en un ecosistema interconectado: dispositivos y sensores de IoT capturan y comparten datos que se almacenan y organizan en la nube, donde se pueden aplicar análisis e IA para optimizar las decisiones del negocio.
De manera creciente para los tiempos que vienen, la colaboración tendrá como socia clave a la Inteligencia Artificial (IA). En un mundo de complejidad y riesgo, a medida que los grandes datos crecen cada vez más, las empresas estarán utilizando cada vez más IA para acelerar el camino de la digitalización. En España y según IDC Research, se trata de una tecnología que crecerá un 27% al año hasta el año 2025.
En el futuro de la Industria 4.0 el análisis predictivo y prescriptivo impulsado por IA desempeñará un papel cada vez más importante. De “lo que está sucediendo ahora” a diagnosticar “lo que sucederá a continuación” y “lo que debería suceder a continuación”.
Si hablamos de la cadena de suministro, esto implica sintetizar grandes conjuntos de datos y miles de variables para predecir la demanda, sincronizar la producción y optimizar las decisiones relacionadas con la adquisición y la logística. ¿Cuál es la visión a futuro? Que la IA pueda producir respuestas instantáneas y tome decisiones autónomas que optimicen el rendimiento de la cadena de suministro.
Un punto importante a destacar es que si estamos proponiendo un paso más allá de la mera segmentación de datos y pensamos un sistema interconectado, inteligente y autónomo en toda la cadena de suministro, esto implica dejar de lado la mentalidad competitiva: como dije en el principio, en el futuro de la gestión de datos 4.0 la colaboración con todos los actores del ecosistema es el camino a seguir.
La Industria 4.0 está definida por la tecnología, pero el fin es mejorar las actividades humanas, por lo que su futuro tiene todo que ver con cómo se entrelazan las relaciones y el compromiso de todas las partes para responder de la manera más eficaz a los desafíos del contexto.