El fenómeno urbano de las granjas verticales encuentra en la robótica la aliada perfecta para optimizar el proceso de desarrollo y cuidado de los cultivos.
La búsqueda de una alimentación más saludable y de sistemas de producción mucho más sustentables y aptos para ciudades ha llevado a un fenómeno en crecimiento: el de las granjas verticales.
Se trata de ambientes interiores donde se controla cada faceta del clima, por lo cual los agricultores verticales pueden aumentar la producción de sus cultivos sin perder un alto porcentaje del producto por daños al medio ambiente o plagas. Pero además, estos sistemas hidropónicos también han demostrado ser más eficientes en el uso del agua al mismo tiempo que reducen el desperdicio de alimentos y potencian la producción de los mismos.
Las tecnologías están colaborando en todo el proceso de cultivo en este tipo en granjas verticales. Las más vanguardistas están equipadas con microsensores diseñados para capturar la humedad, la temperatura, las tasas de crecimiento y el flujo de agua de todas las bandejas de cultivo. Luego, estos datos se correlacionan con el agua, la rotación de la bandeja, la siembra y el espectro de iluminación. Los datos que se obtienen son utilizados para optimizar el funcionamiento de toda la granja.
Nube, aprendizaje automático e Internet de las cosas son tecnologías centrales en todo este proceso, pero son sobre todo los avances en la tecnología robótica los que están brindando soluciones a los problemas que experimentan actualmente los agricultores verticales.
Estas tecnologías son más beneficiosas que otras formas de automatización porque los robots no necesitan estar fijos en una ubicación específica, lo que significa que pueden moverse por la granja según sea necesario. Además, numerosas acciones pueden ser realizadas por un solo robot, tienen más de un eje de articulación (lo que garantiza un mejor control) y se pueden programar para adaptarse a su entorno circundante.
Cuando se implementa correctamente, la robótica puede hacer que el acto de plantar cultivos sea mucho más eficiente. Muchas granjas verticales utilizan una línea de producción automatizada lo que implica que los lechos de plantas pasen por una línea de ensamblaje estándar. A diferencia de las líneas de producción fijas, los robots pueden llenar lechos de diferentes tamaños que requieran diferentes tipos de plantas.
Una vez que se han sembrado los cultivos, se deben inspeccionar de forma rutinaria para garantizar que el crecimiento y la calidad se mantengan. Además, aunque en menor medida, las plantas aún deben monitorearse para asegurarse de que los cultivos estén saludables en todas las etapas de crecimiento. En este sentido, los robots que están equipados con tecnología avanzada de inspección visual pueden trazar el crecimiento de las plantas y estimar cuándo estarán listas para cosechar.
Asimismo, hay ciertas variedades de plantas que deben podarse durante el ciclo de crecimiento. El uso de la automatización tradicional para este proceso es un desafío, ya que los patrones de crecimiento de las plantas son relativamente impredecibles mientras que realizar esta tarea a mano puede consumir demasiado tiempo. Nuevamente, los robots usan la tecnología de visión para podar las plantas después de inspeccionarlas son una opción más adecuada, así como también para su fumigación y nutrición.
Por último, la recolección es una etapa de la agricultura vertical que debe manejarse con cuidado. Junto con los avances en la tecnología de imágenes, también ha habido mejoras en el control de agarre robótico que permiten ajustar y calibrar el agarre de un robot para asegurarse que los cultivos no se dañen durante la cosecha.
La robótica y la inteligencia artificial pueden resolver la mayoría de los problemas a los que se enfrentan los agricultores verticales, por lo que la adopción de la robótica debería seguir aumentando en los próximos años. Si se programa a los robots correctamente, con los sets de datos adecuados y el entrenamiento algorítmico requerido, pueden realizar la mayor parte del trabajo comprendido en un ciclo de crecimiento de cultivo, optimizando así todo el proceso de punta a punta.
Julio Cesar Blanco – 25 de abril del 2023