La industria del agro enfrenta múltiples desafíos al mismo tiempo. Las tecnologías digitales están contribuyendo a enfrentar la coyuntura y dar valor agregado al negocio.
En un escenario que cambia el ritmo de los negocios sin pausa, el agro se encuentra ante una oportunidad histórica: a través de la investigación, el desarrollo y la innovación, el sector puede avanzar hacia un futuro cada vez más eficiente y sustentable, aprovechando las nuevas posibilidades que ofrece el ecosistema digital a una actividad ancestral de la humanidad.
Son múltiples los desafíos que enfrenta el sector: por un lado se prevé que en el futuro el aumento de la población -que se estima en 9.700 millones para 2050- incrementará la demanda de alimentos; por el otro, la industria se topa con las consecuencias del cambio climático, el aumento de los costos de mano de obra y las materias primas y la escasez de agua.
En este contexto, España aprobó a principios de este año el cuarto PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de la economía española) con foco en la agroindustria. El segundo de los 3 ejes de actuación del PERTE destinará 454,35 millones de euros para la adaptación digital de los agentes de la cadena de valor y contará con 10 ejes de actuación. Para el impulso de la I+D en esta industria se prevén 148,56 millones de euros y cinco ejes de actuación.
Lo cierto es que las tecnologías digitales están contribuyendo a que el sector agrícola enfrente con éxito las grandes coyunturas de la actualidad.
Por un lado, si lo que se busca es aumentar la resiliencia del sector, Big Data se puede utilizar para extraer datos sobre los cambios en el clima, la demanda del consumidor, los niveles de inventario para equilibrar la oferta y la demanda en la cadena de suministro agrícola. El procesamiento y la posterior visualización de estos datos representa una ayuda de gran valor, lo que permite manejar los cultivos de forma más eficiente y reducir la aplicación de productos agrícolas.
Por otra parte, el procesamiento de datos históricos de cosecha almacenados en la nube se pueden analizar para permitir una toma de decisiones óptima en el futuro. Asimismo, las soluciones en la nube pueden proporcionar un gran poder de procesamiento a las empresas para utilizar sistemas de gestión agrícola y compartir datos a lo largo de la cadena de valor.
El uso de imágenes satelitales (#computervision) también es de gran utilidad, dado que permite obtener información sobre los fenómenos físicos que ocurren sobre la superficie terrestre y que afectan directamente la producción. La transformación de las imágenes satelitales a ciertos índices y datos facilita -otra vez- el trabajo de los especialistas para la toma de decisiones.
En segundo lugar, aumentar la eficiencia agrícola también es una necesidad imperiosa de la industria teniendo en cuenta que la pandemia de Covid-19 dejó al descubierto debilidades del sector como pueden ser los desabastecimientos, debido principalmente a la falta de resiliencia de la cadena de suministro.
En este sentido las tecnologías IoT son de gran utilidad por ejemplo en el caso del riego: los sistemas de riego como SDI (irrigación por goteo subsuperficial) pueden detectar la humedad y suministrar el agua requerida directamente a las raíces del cultivo. Estos sistemas aumentan significativamente la eficiencia en el proceso y reducen el consumo de agua.
IoT también es útil para la gestión del ganado: los sensores también se pueden usar para monitorear los niveles de temperatura y humedad en la granja para proporcionar información que permita mantener la salud de estos animales. Además, existen dispositivos que pueden escanear el alimento y enviar informes nutricionales directamente a los móviles de los granjeros.
En cuanto a los vehículos autónomos y los robots agrícolas inteligentes, se utilizan para una cosecha eficiente. La automatización en la agricultura puede conducir a una reducción significativa de los desechos, los costos de mano de obra y puede aumentar la velocidad operativa.
Los drones son otra tecnología de gran ventaja para monitoreo de campo: los drones son una alternativa más económica al análisis aéreo de granjas con helicópteros. Proporcionan análisis eficientes a los agricultores con respecto a los daños en los campos y las condiciones del suelo lo que lleva a una toma de decisiones óptima a un costo reducido.
Vale destacar el aporte de las tecnologías digitales en lo que refiere a sustentabilidad del agro, dado que el sector sigue siendo uno de los mayores contribuyentes a las emisiones globales de gases que provocan el efecto invernadero.
Nuevamente, los sensores habilitados para IoT pueden monitorear con precisión los gases nocivos producidos en la granja y brindar análisis avanzados para presentar informes e información sobre las emisiones de carbono.
Asimismo, la telemetría utiliza GPS para proporcionar información precisa sobre la gestión y el uso de activos, incluido el uso de combustible, el próximo mantenimiento y el tiempo de inactividad.
Blockchain también ofrece alternativas: se puede acceder a información inalterada sobre prácticas éticas y emisiones de carbono en toda la cadena de suministro, lo que permite transparencia y confianza.
La agroindustria está viviendo un proceso de transformación y los productores que adopten tecnologías correrán con ventajas en el mercado. En ese sentido, la tecnología ha demostrado ser una gran aliada para el sector, aunque desde ya, transformar una industria tan ancestral y artesanal conlleva un cambio profundo de la cultura de este sector: desde los dueños de empresas agrícolas a dueños de campos y trabajadores y productores.
Julio Cesar Blanco – 9 de marzo del 2023