Si las visualizaciones de datos son un elemento central para entender el análisis de los datos, elegir el tipo de gráfico es aún más importante.Las diversas opciones muestran la información de diferente manera, con ventajas y desventajas.
A la hora de la visualización de los datos, los gráficos son un punto central. Lo primero que hay que tener en cuenta antes de elegir la herramienta visual, es el objetivo: ¿Qué historia están tratando de contar esos datos? ¿Buscar tendencias? ¿Comparar variables? Esta es la primera premisa, el gráfico debe estar en sintonía con el storytelling.
El segundo punto es tener claro a quién se le mostrarán esos resultados. No es lo mismo mostrar datos a un público general que a un público especializado en el tema en cuestión o a personas entrenadas en estadística o datos.
El tamaño de los datos también afectará significativamente el tipo de gráfico, dado que algunos de ellos no están destinados a usarse con grupos de datos masivos. Por ejemplo, los gráficos circulares funcionan mejor con una pequeña cantidad de conjuntos de datos; sin embargo, si se está utilizando una cantidad significativa de los mismos, tendrá más sentido utilizar gráficos al estilo diagrama de dispersión.
Hay varios tipos de datos, lo que también condiciona la elección. Por ejemplo, si se tiene datos continuos, es posible que un gráfico de barras no sea la mejor opción pero sí un gráfico de líneas. Del mismo modo, si los datos son categóricos, entonces usar un gráfico de barras o un gráfico circular puede ser más conveniente.
El otro punto es cómo se relacionan los diferentes elementos de los datos. ¿Existen variables como tiempo, tamaño, tipo?, ¿Son una serie temporal? ¿Es una distribución?
Uno de los usos más comunes a la hora de la visualización de datos es mostrar el cambio de valor de una variable a lo largo del tiempo. Estos gráficos suelen tener el tiempo en el eje horizontal, moviéndose de izquierda a derecha, con los valores de la variable de interés en el eje vertical. En estos casos, los gráficos de barras o los gráficos de líneas suelen ser los más adecuados.
Otras veces, lo que se busca es entender cómo se compone una totalidad. En estos casos, el gráfico circular y el gráfico de anillos o bien un gráfico de barras apiladas o de áreas apiladas pueden ser de gran utilidad porque los componentes quedan en primer plano.
Si lo que se busca es comparar valores entre distintos grupos de datos, nuevamente sirve tanto un gráfico de barras como de líneas, también un diagrama de puntos o un gráfico de barras agrupadas.
Si el objetivo es comprender la relación entre las características de los datos para observar tendencias y patrones entre ellas, los diagramas de dispersión son la forma estándar de mostrar la relación entre dos variables. Si existen variables adicionales, los gráficos de burbujas pueden representarlas bien.
Es importante poder experimentar con diferentes tipos de gráficos y ver cómo se muestran los datos en cada caso y en relación con el storytelling que se quiera contar. También es importante tener en cuenta que no es necesario mostrar todo en un solo gráfico. A menudo, es mejor mantener cada gráfico individual lo más simple y claro posible y en todo caso, utilizar múltiples gráficos para hacer comparaciones, mostrar tendencias y demostrar relaciones entre múltiples variables.
Julio Cesar Blanco – 22 de agosto del 2022