Tres focos desde hoy donde hay que mirar la transformación digital
Hablar de Industria 4.0 es imposible prescindiendo de la influencia del contexto y hoy nos encontramos con importantes desafíos que están impactando de lleno.
El primero está relacionado con el escenario macro. Si el primer gran y reciente “reset” para el mundo -pero en particular para las empresas- fue el Covid-19 (debido a que fue la coyuntura que permitió que la transformación digital se acelerara a pasos agigantados) lo que está teniendo lugar en estos momentos es un segundo gran “reset” que está relacionado con la cuestión energética.
En Europa, existe una enorme preocupación por la racionalización de la energía. Si bien los países europeos hace largo tiempo vienen poniendo el acento en este aspecto, hoy la situación es mucho más delicada.
Desde la invasión a Ucrania por parte de Rusia, los costos de la energía fósil se dispararon, provocando niveles de inflación en todo el mundo. La actual crisis energética de hecho, es una prueba de los riesgos de seguir dependiendo de combustibles fósiles y esto es especialmente importante para las industrias.
En este sentido, el gran temor de Europa hoy es que las industrias paren de producir por falta de energía. La energía en la actualidad es más cara que nunca y cuidarla es una necesidad básica. Vemos ejemplos de países que están echando mano hasta los últimos recursos energéticos de los que disponen, incluso considerando la utilización de alternativas como la energía nuclear. En las empresas los costos energéticos buscan reducirse lo más posible, por ejemplo en algunos casos, se está re evaluando el home office solo para achicar gastos en infraestructura y mantenimiento. Todos los esfuerzos van destinados a no quedarse sin energía y pagar los menores costos posibles.
Otro gran eje al que quiero referirme es que la Industria 4.0 no deja de ser una etiqueta para señalar la nueva fase de la revolución industrial que estamos atravesando, pero cierto es que aún muchas empresas pequeñas y medianas la siguen percibiendo como lejana, inalcanzable o bien relacionada con tecnologías como robótica o inteligencia artificial; estas últimas, percibidas como estadios tecnológicos complejos y fuera de su órbita.
La realidad es que la Industria 4.0 es inclusiva para cualquier organización. De acuerdo a la propia definición de transformación digital de la Unión Europea, crear un ecommerce, subir los datos a la nube o crear una campaña de email marketing ya es transitar la transformación digital.
En este sentido, otro punto a tener en cuenta es cuál es el foco para comenzar esta transformación: los datos son el centro de una estrategia 4.0. Teniendo en claro que la transformación digital se trata de procesos sencillos y accesibles que están al alcance de este tipo de empresas, de lo que se trata es tener claro que el primer paso es la gestión de datos: empezar a trabajar en la gestión ordenada de esa información de una manera estratégica es la prioridad, con procesos claros y coherentes.
Quisiera insistir en el hecho de que son los datos el punto de partida cuando se quiere empezar a transitar una transformación digital. Digo esto porque suelo encontrarme con empresas que quieren recorrer este camino arrancando por proyectos o iniciativas que siguen la tendencia del momento: así como fue el desarrollo de apps años atrás, hoy las “soluciones de inteligencia artificial” parecen ser el requerimiento de moda, sin importar el por qué o mejor dicho, el para qué. El ordenamiento de los datos es la prioridad número uno, en un segundo momento se evaluará la conveniencia de transitar otros caminos de transformación digital de mayor complejidad.
Por último, sea cual fuere el estadio de una transformación digital, las tecnologías nunca están por encima de las personas. Es el factor humano (la capacitación del talento y las necesidades del cliente) el foco principal que siempre debe guiar el diseño de una estrategia de datos en la Industria 4.0.
Julio Cesar Blanco – 24 de enero del 2023